lunes, 29 de junio de 2015

Autorretrato, de Édouard Levé

"En las fronteras me siento igual de bien que si no estuviera en ninguna parte"

"Cuando me siento feliz, tengo miedo de morir, cuando me siento infeliz, tengo miedo de no morir"


"Incluso si se trata de un regalo extraño, agradezco a mi madre y a mi padre el haberme dado la vida"

"No podría haber sido la misma persona en otro cuerpo"

"No consigo pensar en la muerte de un ser querido, cuando muere, me siento doblemente desprovisto: ha muerto y lo impensable ha ocurrido"

"Cuando algo maravilloso llega por sorpresa, intento reproducir las circunstancias de su aparición para que se manifieste de nuevo aunque eso sería confundir la causa y la gracia del accidente"

Todos nos hemos sentado a una mesa, cuartilla y lápiz en mano, para intentar plasmar, como si se tratara de un espejo, lo que refleja la conjunción de papel y tinta a medida que avanzamos en la búsqueda de un "yo" frente al mundo, de un "yo" frente a un "yo" oculto que apenas conocemos  por estar bajo las interminables capas que imposibilitan, en el día a día, el contacto piel con piel con uno mismo.

Otra forma de llegar al "yo" recubierto por el fruto carnoso de nuestras propias circunstancias sería la que propone Édouard Levé en este librito: la búsqueda del "yo" por fragmentación. Frases cortas, separadas por puntos y seguido, inconexas, banales, profundas, que fluyen de la misma forma que fluye el pensamiento cuando se libera y pulula sin coacciones. Opiniones, vivencias, recuerdos y de nuevo, opiniones contrarias a las ya expresadas, sentimientos alterados por el estado de ánimo y vivencias recordadas de manera casi opuesta: pocas cosas son tan mentirosas como la memoria.

Edouard Levé se atomiza para autorretratarse, como fotógrafo que era, intenta mirarse, percibirse desde todos los ángulos, busca una miríada de impresiones de sí mismo que luego plasma en el papel con la concisión que dicta la máxima "una imagen vale más que mil palabras". Más que a un texto asistimos a una serie de fotografías en el número justo de sílabas, no hay ni una de más ni una de menos. 

Édouard Levé era un artista polifacético: escritor, pintor y fotófrafo. En Autorretrato deja ver que en ninguna de las disciplinas busca el lirismo o el embellecimiento, siente especial inclinación por la percepción, representación y creación de de lo que es tal y como existe. Un ser tratando de comprenderse retratando cada uno de sus ángulos, que se autodefine para conocerse y que deja entrever el trágico final de su vida semanas después de haber publicado otro pequeño volumen complementario de este llamado Suicidio.


lunes, 22 de junio de 2015

En el cine

Es una lástima que no hayamos tomado la decisión de escribir un blog desde el momento en que tomamos conciencia de nuestros intereses artísticos. Empezamos casi todos en un punto en el que mucho de lo que nos ha apasionado, marcado e incluso forjado como las personas que somos hoy no aparezca reflejado en un espacio que compartimos con nuestros similares. Difícil ponerle remedio, solo nos queda paliar lagunas con relecturas y revisionados, no es suficiente pero es menos que nada.  La segunda película que os traigo hoy es un ejemplo.

Como novedad me he propuesto dos cosas:

-Aprovechar las columnas laterales del blog como mi amiga Laura, aunque iré poco a poco
-Contestar a todos los comentarios.

Empezamos.

גט, המשפט של ויויאן אמסלם Gett, el divorcio de Viviane Amsalem, de Ronit y Shlomi Elkabetz (8/10)


Desde que la película fue nominada a los Globos de Oro y después de la repercusión mediática que obtuvo fueron muchos los que me preguntaron sobre la verosimilitud del argumento. Más que un comentario sobre la película, dejaré unas notas culturales para responder a las preguntas de quien me siga y haya preguntado y para que sirva de guía a quien esté interesado.

Es la tercera parte de una trilogía que camina por sí sola. No es necesario ver las dos anteriores aunque sí ayudaría a comprender parte de la trama.

Viviane Amsalem, una israelí de extracción marroquí y observante decide separarse de su esposo pero él se niega en rotundo a concederle lo que llamarnos el גט - el divorcio o repudio. Sí, según la ley judía solo el marido puede "repudiar a la mujer en caso de querer disolver el matrimonio. La mujer tiene derecho a recurrir al rabinato para que fuerce al hombre a concederlo en un rito que creo que no conocéis pero que es denigrante para la mujer. La película se centra en estos juicios, en el rabinato intentando forzar el "get" de un matrimonio que parece perfecto y en la negativa del marido a concederlo.

Hay dos preguntas que me han hecho muchas veces : ¿puede ocurrir esto en el moderno estado de Israel? La respuesta es SÍ.

¿Ocurre en la práctica? La respuesta es NO. La gran mayoría de israelíes son ateos, agnósticos o lo que denominamos -masortim- tradicionales. No siguen a rajatabla los preceptos religiosos y por consiguiente se evita el matrimonio religioso. El Estado de Israel reconoce el matrimonio civil y es por esto que la gran mayoría de israelíes que se casan lo hacen en una embajada o en la cercana Chipre.Hay un desfase absoluto entre estado y religión y es ahí hacia donde apunta la magnífica Ronit Elkabetz. Un Estado que reconoce el matrimonio civil, el matrimonio homosexual y las parejas de hecho no puede estar coartado por la ortodoxia obsoleta del rabinato y los valores de este no deben afectar hasta este punto a quien decida llevar una vida religiosa.

El grito de Viviane Amsalem en la voz de la magnífica interpretación que ofrece la misma Ronit Elkabetz se extiende más allá de los límites del caso en el que se ve inmersa, es este punto el más universal del film, se trata de un grito al libre albedrío en todos los aspectos de la vida.

Cierto es que existen ciertos detalles visuales que resaltan a ojos de un judío y que pasan desapercibidos ante los "gentiles": el cambio de vestimenta a lo largo del fin, la manera de dirigirse al tribunal, los argumentos de los testigos, quien tenga dudas que pregunte, yo me quedo con lo más universal que ofrece el film y que trasciende todos estos pormenores: mi vida es mía en toda tierra, en todo espacio, en cada momento sea cual sea mi condición.

Ikiru, Vivir, de Akira Kurosawa (9/10)

Si, un revisionado, uno de esos de los que os hablaba en la introducción. Una joya del cine por tantos motivos. La trama se resume de manera fácil. De nuevo un "qué" fácil frente a un "cómo" soberbio.
Watanabe, un funcionario público de cierta edad está tan inmerso en su rutina laboral diaria que no percibe el paso del tiempo y lo vacía que está su vida. Pasa horas y horas clasificando archivos en una oficina pública a la que llegan quejas de todo tipo y en la que solo se oye un murmullo y la risa alocada de una joven alegre. Un día, tras sentir unos extraños síntomas decide ir al médico y es diagnosticado de gripe. Ya advertido de antemano por un paciente en la sala de espera de que gripe puede significar cáncer en una escena que me costó comprender por el desfase cultural pero que luego me ha servido para entender ciertas posturas eufemísticas ante la tragedia a la que tienen tendencia los japoneses, Watanabe se ve abocado al fin de sus días, le queda poco tiempo y siente como va cayendo dentro de su propio vacío existencial. La reacción es inmediata: agarrarse con las uñas a los últimos días de vida para colmar el vacío, para, después de casi sesenta años vivir.

Watanabe establece una relación de amistad con la joven risueña de la oficina que pronto se sentirá angustiada por percibir cómo Watanabe parece estar extrayéndole vida. El magnífico actor, Takashi Shimura, en su resignación, vista a través de sus ojos permanentemente vidriosos espera el momento en que su vida, aunque sea por un solo instante, cobre sentido.


lunes, 15 de junio de 2015

La amante de Wittgenstein, de David Markson

Descatalogado en español

Wittgenstein, que se sepa, jamás tuvo una amante, era homosexual. El título ya, de por sí, se presenta misterioso. Solo nos queda adentrarnos en la novela aunque haya quien no encuadre el libro en esta definición, para descubrir quién puede ser. Tratado de lingúistica, Tractatus de Wittgenstein, quien haya escogido los derroteros de las Humanidades se ha topado con este críptico autor, quien haya escogido el camino de la ciencia se ha enfrentado a su lógica, los de letras también...Es todo "una manera de hablar"

Lo que sigue difícilmente puede ser una reseña, es más bien mi experiencia con una obra a la que no estoy acostumbrado pero que me ha causado un impacto tan brutal que ha roto todos mis esquemas. 

Quien lea el blog con frecuencia sabe que favorezco a los Modernistas, con ellos empecé a leer, con ellos me identifiqué y a partir de ellos me convertí en el lector que soy. El mismo Markson tiene un pasado Modernista y es perceptible en esta obra: existe una especie de monólogo interno, no un stream of consciousness al uso, existe una preocupación absoluta por el lenguaje, no para abarcar los matices de la percepción y de las sensaciones, más bien en busca de una precisión semántica lógica y rigurosa. Para ilustrarlo, dos citas como ejemplo:

"Tuve una sensación de transparencia en las palabras cuando dejan de ser palabras y se intensifican tanto que me parece que las vivo, que las predigo, como si desarrollaran lo que ya estoy sintiendo. Nadie puede entender la sensación que tuve en la cálida hierba, la sensación de que la poesía se estaba haciendo realidad" (Virginia Woolf )









 "En una ocasión, Turner se hizo atar al mástil del barco durante una tormenta furiosa para poder pintarla luego. Obviamente, no es la tormenta propiamente dicho lo que Turner quería pintar sino la representación de la tormenta. El lenguaje es con frecuencia así de impreciso, eso he descubierto" (David Markson, en La amante de Wittgenstein)




Toda la sobrexposición al Modernismo me ha hecho interesarme por el estímulo y la percepción, por cómo lo recibimos y transformamos, disfruto pensando que somos materia permeable atravesada por las sensaciones que quedan atrapadas en los poros por los sentidos. Woolf lo explica bien, la sensación que tuvo al tacto de la cálida hierba (estímulo) se convierte en poesía (interiorización, percepción y resultado cognitivo)

La amante de Wittgenstein es Kate, una mujer convencida de que es la única superviviente en el mundo, tiene la impresión de vivir sola . Un día se sienta ante una máquina de escribir y empieza a mecanografiar un texto, la novela en cuestión, a partir de lo que encuentra en los confines de su mente. Referencias literarias, experiencias vividas, es una mujer madura que ha viajado por el mundo y los límites de su mente abarcan quilómetros y décadas pero, al no explorar lo exógeno y por vasto que sea el territorio de su mente existen límites. Kate escribirá sobre personajes históricos, pintores, artistas, filósofos, escribirá sobre curiosidades que conoce sobre ellos en una serie de epígrafes culturales que se repiten, si estamos encerrados es difícil no volver al mismo punto. A medida que va escribiendo se va preguntando si ya ha hablado de ciertos hechos con anterioridad, si ya ha mencionado cierta experiencia, toda su cognicición es generada por su propia mente, surge de la cultura, del saber y no de la percepción de un estímulo externo. Es este el punto que me parece absolutamente brillante además de rompedor.

Se trata de una especie de solipsismo llevado a extremos, el mundo de Kate existe solo en su mente. La precisión lingüistica, la memoria y de manera aparentemente tangencial aunque con una contundencia vehemente, la soledad, son los temas que se exploran en el libro.

El modo en que funciona la mente de Kate se ve bien en el párrafo elegido, hay contradicciones en su discurso, fallos de memoria, confusión de hechos que hacen al lector sonreír y casi querer gritarle a Kate que se equivoca. ¿Quién se ató también a un mástil? Kate parece no recordarlo y Markson la hace divagar creando en el lector las ganas de gritárselo pero Kate no nos escucharía: no hay nadie a su alrededor, está sola. La precisión que busca en el lenguaje (pintar una tormenta o la representación de la tormenta) es recurrente durante todo el texto siendo a veces reveladora y a veces casi paródica.

El libro mantiene la misma estructura de principio a fin, solo al final, en un giro brillante, parece que percibimos un destello pero es solo una ilusión, el sentimiento de soledad se acrecienta, se manifiesta e invade al lector. Es la amante de Wittgenstein, todo lo no rigurosamente lógico al ser expresado es solo una "manera de hablar", volverá sobre sus palabras para buscar el rigor semántico absoluto. Es el Tractatus hecho accesible.

Descatalogada en España, se trata de una obra maestra que me ha producido un fortísimo impacto. Acostumbrado a la interpretación de estímulos creí no ser capaz de conectar con un discurso cognitivo generado desde una mente cerrada herméticamente a lo externo, aún así, creo haber conseguido, siendo el lector que soy, interpretar lo que subyace. Contra todo pronóstico, el libro se ha convertido en todo un referente.

lunes, 8 de junio de 2015

Yo te quise más, de Tom Spanbauer

"Con toda probabilidad piensas que eres como yo y que algo así no te podría ocurrir. Poder amar a un hombre, luego a una mujer-dos seres extraordinarios, dos formas únicas de amar, dos décadas diferentes, a ambos extremos del continente, mediante un accidente del universo o un destino preordinado- sea como sea nunca lo sabrás- lo que importa es que ocurre algo que no habrías podido planear ni en un millón de años y aquí estamos los tres, bailando ese viejo baile cuya única regla es añadir uno si hay tres y si no, resta. Si el tres no encuentra al cuatro, el tres vuelve al dos. Añadir o restar, esa es la regla"
"Hank abre el paquete de cacahuetes y se mete todo el contenido en la boca. Manos desnudas en una fría noche. Mastica como si estuviera muy hambriento, se acaba una Pepsi en dos tragos. Somos demasiado jóvenes, estamos demasiado sanos para pensar en la diabetes. Sobre nosotros, a la izquierda, está el Empire State, rojo y verde de Navidad"

"Tomé el cuchillo, me lo llevé al pecho, lo clavé con fuerza, me saqué el corazón y lo vertí en las páginas pero no estaba sangrando lo suficiente. Las palabras sonaban estúpidas"

Tomando esta última cita como referente, cita que refleja a la perfección el método ideado e impartido  por Spanbauer, "escritura peligrosa" es fácil comprender por qué el autor tardó siete años en volver al panorama literario. No es fácil abrirse al mundo cuando en los escritos hay tanta verdad, tanta realidad, no forzosamente autobiográfica, no tiene porque serlo cuando se es capaz de extraer ficción de sentimientos genuinos, de desgranarlos en personajes y situaciones en un ejercicio de expresión del alma que no retiene nada dentro para evitar así que duela. Hay tanta introspección intercalada con episodios estridentes y descarados, tanta honestidad osada que se posiciona a un lado reclamando su razón de ser sin hacer concesiones al lado opuesto. Hay tanta sensibilidad vertida, tanta pasión, tanto amor, tanto dolor que una crítica simplista que hable de una historia de triángulo amoroso no haría más que desviar al lector interesado.

Sí, el triángulo amoroso existe, cabe en un paréntesis temporal de dos décadas y abarca dos puntos geográficos: Nueva York, el auge e ímpetu de la juventud y Portland, el comienzo de la decadencia.

Ben, bisexual de personalidad múltiple según su estado de ánimo: Big Ben cuando decide dejar los miedos atrás, el pequeño Ben cuando los nervios lo paralizan y Running Boy cuando no consigue hacer frente  a sus miedos y se ve obligado a una retirada forzosa conoce a Hank, un macho alfa con el que comparte interés por la literatura y la esperanza de ver su nombre publicado algún día en la portada de una novela. Ruth forma parte del trío, mismas aficiones y aspiraciones aunque jugará su papel más tarde.

Portada de la edición
española disponible a partir
del 11 de junio.
Lo que existe entre Ben y Hank comienza siendo una amistad convencional, hablan sobre libros, se beben la noche neoyorquina, comparten ilusiones, sueños y borracheras en la Gran Manzana en la década de los 80, libertad sin riendas de una juventud que más tarde se vería truncada por una terrible enfermedad que empezaba a cobrarse vidas. Pronto la relación se irá tornando en algo inclasificable, en algo que arranca todas las etiquetas, ambos intentarán entrar en el mundo del otro para intentar comprenderse mejor. La sexualidad de Ben se verá exaltada por los atributos físicos y la personalidad arrolladora de Hank, que no puede corresponder pero que se sentirá interesado por el mundo de Ben. Ben conoce así los límites del amor que profesa, creerá ver el surgir ocasional de una chispa de esperanza, fruto de la observación minutada de su amor platónico que parece pasar del cero al cinco en la escala Kinsey en alguna ocasión. Una evocadora escena en la que Hank baila contoneándose desnudo a la luz de la luna, dejándose llevar sirve como ejemplo gráfico, no será el único.

Una década más tarde reaparece Ruth y hace añicos lo que se ha establecido entre ambos amigos. El SIDA se ha cobrado ya la vida de viejos conocidos en común.  A partir de aquí empieza la decadencia, la vejez, la enfermedad. Una frase ronda por la cabeza de Ben, unas palabras banales que jamás dijo a Hank, tan banales que le provocan una sonrisa cada vez que las recuerda pero tan llenas de un significado oculto que termina por arrancarle lágrimas de nostalgia amarga.

Poco hay que decir de la trama, como en muchas grandes obras, la sucesión de hechos es secundaria. Ben conocerá los límites del amor por partida doble, se irá adaptando a los días amoldándose a la vida tal y como viene hablándonos desde el corazón con una mezcla de ingenio y honestidad arrolladora.

Spanbauer no nos obliga a llegar a un final, más bien nos invita a sacar conclusiones mediante el mismo método que él usa para escribir. Provoca un trasvase de sensaciones, espera a que el lector interiorice lo que narra y se produzca una reacción química incoativa que culmina en una interpretación propia. Sí, Yo te quise más es una obra maestra, única en estilo, vehemente en su posicionamiento, provocativa en su planteamiento a la vez que un testimonio fastuoso de las pulsiones del alma.

lunes, 1 de junio de 2015

Reseñas breves [8-9]

The Three-Body Problem, de Cixin Liu (5/5)

No he estado a la altura del libro en todo momento, como hombre de letras, de literatura y Humanidades me ha costado un esfuerzo considerable visualizar lo que Liu Cixin nos presenta en el primer tomo de esta trilogía y, sin embargo, y a pesar de haberme sentido tentado a abandonar la lectura en alguna ocasión, me alegro con creces de haberla terminado. Me parece una obra de ciencia ficción de una calidad tan sólida, tan vehemente, tan bebedora de las fuentes de la ciencia-ficción americana y a la vez tan innovadora y tan específicamente china que merece la pena todo el esfuerzo invertido.

Todo el libro está plagado de tecnicismos informáticos, físicos y científicos. Es todo un reto visualizar lo que el autor explica, quizás, graficamente a los más versados en ciencias pero los educados en letras nos encontramos con obstáculo tras obstáculo. Por si fuera poco, la acción parte en plena Revolución Cultural China y abarca un periodo de tiempo que llega a nuestros días con una amenaza acechando a 450 años a partir de ahora.

No me gustaría desvelar demasiado de la trama: en un examen de autoevaluación la especie humana se da cuenta e interioriza el poco avance que el ser humano ha conseguido a lo largo de miles de años de presencia en el planeta: somos bichos. Tan solo una civilización exógena superior puede ayudarnos a redimirnos, un grupo de científicos establecerá contacto mediante señales con una civilización decadente que tendrá como propósito invadir la Tierra. Las reacciones ante tan eminente hecho se bifurcarán.

Liu Cixin deja clara su postura en una especie de epílogo para la edición americana aseverando que "las verdaderas historias no se encuentran en la literatura sino en la ciencia" y relata de donde viene su pasión y su particular percepción del mundo.

Ken Liu, traductor de este primer volumen, en el que no se deja de pensar en todo el tiempo por ser el punto de apoyo principal del autor desvela los escollos que supone la traducción de una obra de tales características. Cada mínimo detalle cultural o difícil de comprender debido a la jerga tecnológica es desgranado y hecho accesible al lector medio.

Una única recomendación a quien esté interesado en la lectura: ELEGID ESTA EDICIÓN, no podréis con el libro si no es con las notas de apoyo.

Yo, con la sensación de haber vencido a un titán, quedo a la espera del día siete de julio, fecha de la publicación del segundo volumen. La sensación tras leer el libro que me queda, a pesar de disccernir con el autor, se resume en una palabra: FASCINANTE.

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photo_fragment זו ציטטה מהספר הזה? איך הקונפליקט שלנו מתחבר לספר מדע בדיוני סיני? סיקרנת אותי עכשיו... 8)
yossi.barzilai @photo_fragment אני לא רוצה לעשות ספוילרים אבל נגיד שהעלילה סובבת סביב אכזבות מהעולם, אובדן ערכים...והישראלי הזה הוא אחד מהמעטים שהאמין באנושות והוא מוכן לחפש עזרה חיצונית כדי לתקן את העולם :)
photo_fragment נשמע מעניין !
yossi.barzilai @photo_fragment רק עוד דבר אחד. כשאני אומר ״עזרה חיצונית״ אני מתכוון לחוצנים, אני לא יודע אם את מתעניינת בזה 👽
photo_fragment תודה, כך הבנתי ואני כן בקטע ;)

El lado contrario de la soledad, de Marina Keegan (2/5)

No ha funcionado conmigo y de verás lo siento dadas las circunstancias. Ya desde la pieza inicial, el discurso que se convirtió en materia viral en las redes y que sirvió de promoción al libro supe que no conectaría y quizás toda la culpa sea mía. No seré yo quien ponga en cuestión el talento de esta joven escritora a la que se le abría un futuro tan prometedor, puede que esperara la introspección evocadora de Alexis M. Smith, la imaginación desbordadora, la creatividad de Matt Bell pero todo lo que he encontrado es un "trying too hard" que a veces roza lo banal y lo superficial, una serie de clichés, de estereotipos en los que no se ha pensado dos veces antes de plasmarlos en papel y un estilo lejos de ser brillante. Siento de verás que no me haya gustado más, este es el típico caso en el que las dos estrellas expresan su significado, un "it was okay", ni más, ni menos  






 COMENTARIOS:

7587967
Sergsab Agree.
18671838
Cristina Pues no perderemos el tiempo.