lunes, 27 de abril de 2015

Reseñas breves [1-4]

¡Hola a todos!

La verdad es que ando algo escaso de tiempo y además prometí traeros al blog cultura que, desgraciadamente, no llega a España. Por estos motivos, he decidido robarles la idea de publicar mini reseñas, impresiones de lectura, a los chicos del blog Generación Reader . ¡Vamos a ver qué tal se da el invento!

A little life, de Hanya Yanagihara (5/5)

Este libro es altamente peligroso y deprimente. Consulte con su estado de ánimo antes de abrirlo.

NO LEER en caso de:
-Baja tolerancia a la crueldad en estado puro.
-Poca empatía con el prójimo.
-Aversión a objetos punzantes, lacerantes o a la sangre.
-Baja tolerancia al sexo más sórdido.
-Ser uno de esos necios que cree tener su futuro, cercano o lejano, bajo control.
-Ser un individuo capaz de leer este libro sin tener que recurrir al lavabo para vomitar todo el veneno existencial que destila.
-Ser un cínico que no cree en el bien por el bien.
-Ser un firme defensor del karma o de la justicia poética.
-Estado depresivo, temporal o crónico.

El libro puede producir desasosiego, asco, desencanto, impotencia, debilidad anímica, desespero y angustia.

En caso de sobredosis lectora o exposición prolongada, lávese la cara con agua fría y salga a la calle; camine hasta recobrar los sentidos y el riego sanguíneo; si caminar no es suficiente, corra.

Para acabar con Eddy Bellegueule, de Louis Édouard (2/5)

Mejor de lo que pensaba. Aun así me molesta ya el tándem pobres-ricos, sociedad rural-urbana, cultura-incultura tan recurrente en la literatura y cine francés desde La Ceremonia hasta La Haine.

Luego en la televisión, en TF1 aparecen individuos de toda clase social gritando exaltados "Je suis raciste et je le dis" alentados por el triunfo del FN.

Hijos de puta los hay de todo tipo, de toda clase social y calaña.

Puntos buenos del libro: el uso de la ironía, como el autor llama "bons vivants" a los que disfrutan de placeres bastante primarios.

No se centra solo en su experiencia como homosexual que se lee como un coming-of-age, el autor recuerda a otros grupos que padecen la marginación social.

Veredicto: no está mal, nada especial en conjunto. 

Este sí está traducido al español con el título Para acabar con Eddy Bellegueule

Kornél Esti, de Dezső Kosztolányi (4/5)

 Esta mini reseña la escribí en inglés para que mi amiga Brigi, de Goodreads, que es húngara, pudiera guiarme un poco.

This book is the perfect blend between hilarious and witty writing. The premise of the novel really lets us know what's at stake from the very beginning.

The nameless narrator gets to meet his doppelganger, who happens to be everything he is not. The narrator is mild, quiet, peaceful and considerate whereas his doppelganger, Esti Kórnel is blatant, boastful and is fond on pulling pranks on whomever comes his way.

The book starts with the nameless narrator reminiscing about the moments he shared with his doppelganger during their childhood and youth years. He finally decides to go meet him after ten years out of touch. They've both led very different lives but they'll decide to carry out a project together: the writing of a book that tells about the doppelganger's adventures all around Europe. This is how they come to bring opposites together. The narrator is diligent enough to write the book that the very lazy careless doppelganger doesn't feel like writing.

This is an odd read and it can get dull and boring at times but it's sprinkled with really insightful thoughts and quotes that make it really worth reading.  

Recomiendo una edición con notas si queréis leerlo, hay mucho texto en húngaro y en latín que no viene traducido en algunas ediciones. 

Delicious foods, de James Hannaham (4/5)

No partía con demasiadas expectativas con respecto a este libro, sin embargo acabó sorprendiéndome para bien. La trama es algo extraña, cruel, gráfica: el autor busca hacernos empatizar con el protagonista: un niño que vemos crecer a la fuerza, abandonado por su madre, que no puede superar la muerte del amor de su vida y en un intento por hacerlo es reclutada para trabajar en una granja (Delicious Foods), donde nada es lo que parece y en la que situaciones extremas tendrán lugar. El joven logrará reencontrarse allí con su madre pero tanto ellos como los demás habitantes pagarán un precio muy caro.

Drogas, la búsqueda de un camino, una relación materno-filial en la que el hijo es el adulto.... el autor empieza fuerte. El niño no tiene manos, solo al final sabremos por qué.





Y como es habitual en todo tipo de entradas-resumen, os pido recomendaciones, valen de todo tipo, libros, música, películas.... las espero con ansia. Un abrazo a todos :)

lunes, 20 de abril de 2015

Americana, de Don deLillo

"No hace mucho fui a comer con un amigo. Se echó a llorar. Quería construir un barco y zarpar hacia Tasmania. Me reí en su cara. Una semana después sufrió una hemorragia cerebral. No somos capaces de aprender nada sobre los estereotipos que nos rodean, ni siquiera que somos todos iguales"

"¡Eso es magnífico! Cuéntamelo. Odio mi vida. Estoy en ese momento en el que quiero oír sobre la vida de la gente, es como saltar de la ficción a la realidad. El principio del fin."

"Nos rodeábamos de humo y de ruido. Esa es la forma de vida que habíamos elegido"

"América solo se puede ser salvada por lo que está intentando destruir"

"Demasiado ha sido ya olvidado en el nombre del recuerdo"





Imponente debut literario de uno de los cuatro pilares de la narrativa contemporánea estadounidense. DeLillo junto a McCarthy, Pynchon y Roth ,considerados por muchos los mayores exponentes de la literatura posmodernista americana, cada uno con sus peculiaridades aunque convergiendo en un mismo fin,  desmontan pieza a pieza un puzle que llega ensamblado ya de fábrica, una imagen preconcebida y aceptada para el resto del mundo- el sueño americano- un espejo que refleja una realidad que estos autores descomponen en esquirlas.

¿Quién sino David Bell puede ser el aspirante más arquetípico a ganar la carrera hacia la consecución de tan preciado sueño? Joven, atractivo, ambicioso y ya posicionado en los altos cargos ejecutivos de una cadena de televisión. Humo, alcohol y ruido. Lo hemos visto gráficamente en Mad Men, hombres que intentan escalar y hacerse hueco en un mundo en el que la competitividad es una cualidad al alza, un mundo en el que las conversaciones son de una superficialidad tal que su única valía es aparentar más que expresar, un eterno "parezco ser como vosotros ergo sum" más que un "existo a mi manera y a vuestro pesar, soy una pieza que no encaja en el puzle"

David, ya divorciado, también bebe y se acuesta con mujeres, se deja llevar por los senderos ya trillados por otros. Camina con paso firme hasta el momento en que tropieza consigo mismo y reacciona. Aleja la vista del horizonte y mira hacia un lado cayendo en la cuenta de que hay más que el punto fijo que brilla al frente; se convierte en el asno que ya no persigue la zanahoria atada al extremo de un palo asido por el que lo monta y dirige y ahora ¿cómo caminar solo? ¿dónde brilla el punto que le hará reencontrarse consigo mismo?

La primera parte de la novela es básicamente un análisis de la sociedad americana, sobre la banda oscura que cubre los ojos de aquellos que caminan sin ver guiados por el hedor que les huele a aroma de éxito. El contexto es clave; el país está en pleno conflicto con Vietnam.

David pone un pie fuera del camino y decide desviarse, decide hacer una especie de documental sobre los indios Navajo y deja las cuatro paredes de la oficina para embarcarse en un road-trip en el que, sin llegar a perder su obsesión por el éxito,- llama constantemente a la oficina para interrogar a su secretaria si los nuevos empleados son más jóvenes o atractivos que él-, va gradualmente encontrándose a sí mismo en un camino existencial que recuerda al de Kerouac. Lo que se encuentre al final del trayecto queda aún por descubrir, lo que encuentre David dentro de sí mismo queda aún por explorar, son estos los núcleos del libro.

Resulta sorprendente la vigencia que destila esta novela que se acerca ya al medio siglo. Tan universal, en este caso no con las connotaciones más positivas del término, que nos hace pensar inmediatamente en la globalización, en la publicidad agresiva desmedida e influyente que nos asemeja a todos y nos alambica con un embudo de falsa promesa de felicidad. Tengo que decirlo: Beigbeder y demás autores europeos que jugáis al posmodernismo. DeLillo lo hizo hace 44 años mucho mejor que vosotros, fue ya un visionario que previó las coyunturas de la que recogemos el testigo por mera experiencia y que lanzó la advertencia de que caeríamos en el abismo de nuestra propia alienación.

lunes, 13 de abril de 2015

Indigno de ser humano, de Osamu Dazai

"Aunque siempre he intentado ser agradable con todos, nunca he experimentado el sentimiento de amistad.. Solo tengo recuerdos dolorosos de algunos de mis conocidos con la excepción de mis compañeros de diversión como Horiki. Siempre he jugado con desespero el appel de payaso para zafarme de esas relaciones dolorosas consiguiendo solo agotarme al final. Incluso ahora me sorprendo si por casualidad veo por la calle el rostro de alguien a quien conozco aunque sea de vista y siento como de repente me sobrecoge un temblor violento que me produce vértigo. Sé que gusto al resto de la gente pero tengo deficiencias para sentir amor por los demás. (Debo añadir que tengo fuertes dudas con respecto a si el ser humano posee esta facultad). Casi no cabía esperar que alguien como yo pudiera tener amigos cercanos- ademas, , me faltaba el valor para hacer visistas. La puerta principal de la casa de ota gente me aterrorizaba más que la puerta del infierno de la Divina Comedia y no exagero cuando digo que podía detectar realmente detrás de la puerta la presencia de un monstruo parecido a un dragón retorciéndose con un dolor frío, húmedo y cruel."


Nacido en el seno de una familia acomodada de provincias, Yoko, el protagonista de la novela, no sabe interactuar con el resto. Desde su infancia nota que es diferente a los demás, lo asaltan las dudas existenciales y alberga un vacío que no es capaz de rellenar con nada. Para ocultar su verdadero yo se coloca una máscara de bufón que no deja transpirar las inquietudes que lo habitan. El resultado es un ser con un encanto y carisma excepcionales que hacen de él una de las más divertidas compañías, un ser que sabe hacer reír mientras se desgarra por dentro, alguien que se convierte en foco de miradas y atención pero a quien en realidad no interesa nada, alguien que se muestra jovial pero que no piensa más que en su propia muerte y en mantener su máscara para que no se filtre su propio yo.

Todo cambia cuando se muda a Tokio a seguir sus estudios. Allí conocerá a un compañero de diversión, Horiki, que será el desencadenante de la caída de Yoko. Las noches regadas de sake, la mala vida nocturna en los barrios bajos y las mujeres lo alejarán de las inquietudes artísticas de convertirse en artista que una vez tuvo. Distanciado de su familia por un incidente relacionado con su obsesión por la muerte y que tiene como resultado la muerte de una persona, Yoko empezará a experimentar dificultades económicas hundiéndose cada vez más, dejando caer la máscara, intentando sin éxito engarzarse a la vida sin nunca abandonar la idea del suicidio. Relaciones amorosas frustradas, adicciones y la incapacidad de encajar en el mundo provocarán el declive sin remisión del protagonista.

La novela es casi un testimonio fidedigno de la vida del autor, Osamu Dazai. Los paralelismos que encontramos entre él y su alter ego Yoko son casi idénticos.  Dazai es precursor y cabeza principal de dos movimientos literarios predominantes en la literatura de posguerra en Japón. La literatura del yo, poco que añadir, escritos testimoniales que en este caso se entremezclan con Buhaira, o la escuela de los desencantados. El tejido de estos dos hilos estilísitcos conforman el conjunto de la obra. Una novela cruda, escrita con un estilo encomiable sobre la incapacidad de revelarse como persona ante los demás, sobre la alienación por vivir rodeado de un mundo que no se llega a comprender., en el que solo se es capaz de encajar por lo exógeno a la piel mientras el interior se desgarra a cada risa fingida.