lunes, 21 de abril de 2014

Agua Viva, de Clarice Lispector

"Quiero la siguiente palabra: esplendor, esplendor es fruto en toda su suculencia, fruto sin tristeza. Quiero grandes distancias. La salvaje intuición de mí misma"

“Te escribo a la medida de mi aliento. ¿Soy hermética como en mi pintura? Porque parece que hay que ser terriblemente explícita. ¿Soy explícita? Poco me importa. Ahora voy a encender un cigarrillo. Quizás vuelva a la máquina o quizás me pare aquí mismo para siempre. Yo, que nunca soy adecuada”

“No existe nada más difícil que entregarse al instante. Esta dificultad es dolor humano. Es nuestra. Yo me entrego en palabras y me entrego cuando pinto”

"Quiero tomar con las manos mi "es". Y como ese pájaro cantaré aleluya al aire. Y mi canto no pertenecerá a nadie pero ninguna pasión sufrida con amor y dolor puede no ser seguida por un aleluya"


 Siempre me he sentido inclinado a comparar la obra de Clarice Lispector con un camino: expone una filosofía, una visión vehemente de vida tan propia con coherencia sólida e inquebrantable. Empieza desarrollándose en Cerca del corazón salvaje para culminar en Un soplo de vida. Agua Viva, como es habitual en la literatura de la autora no tiene trama argumental, es un monólogo interno en voz de una pintora que juega con las palabras para sanarse de una relación infructuosa pero sobre todo y predominantemente para conocerse, primero ante el lienzo y luego ante la hoja en blanco.
El punto principal es el desarrollo del concepto "it", en inglés en el original,  que la autora usa para dar forma compacta al concepto de "neutro vivo",  que aparece en La pasión según G.H. Así, las entrañas del insecto, la forma más primitiva de vida, el acercamiento a la esencia original quedan encerrados en un término impersonal del que carece la lengua portugues y que podría traducirse por la secuencia "isto/isso/aquilo" pero no siendo del todo válido porque la forma primitiva, original y neutra no habita en un espacio o tiempo ni siquiera indeterminados. Existe en la búsqueda de un término adecuado la voluntad de trascenderse a si misma y al lenguaje, anhela la precisión conceptual y nos ofrece el resultado de su pesquisa existencial en la inocuidad del agua, fuente de toda vida.

El monólogo se dirige a un tú que fluctúa pero que se focaliza en el deseo de la protagonista por desambiguarse para poder verse, contemplarse y así autoconocerse.El libro se lee como un compendio de sensaciones que van desde la frustración de no alcanzar el dominio de las técnicas artísticas para poder expresar la totalidad de sus sentimientos hasta un tratado de flores sobre las que establece comparaciones, todo un ejercicio de estilo con el fin de abstraer sus percepciones de la imagen.

Uno de los mejores libros de la autora brasileña en el que todo lector habitual de su obra reconocerá las pautas centrales de su filosofía escrita en una corriente poética existencial. El lenguaje empleado es pura poesía en la que prima la sensación percibida sobre el objeto, la interiorización del estímulo y su desarrollo. Un libro que, por su brevedad, por su carácter de alto en el camino, serviría de lectura iniciática para todos lo que quieran aventurarse a descubrir la prosa de la autora y que conforma una pieza esencial para el lector que ha leído toda su obra anterior y que disfruta reconociendo a Lispector y sobre todo, reconociéndose a sí mismo en el texto.

lunes, 14 de abril de 2014

Perdida, de Gillian Flynn

"Durante varios años había estado aburrida. No era el aburrimiento quejumbroso e inquieto de un niño sino un malestar envolvente. me parecía que no quedaba nada por descubrir. Nuestra sociedad era completa y ruinosamente derivativa (aunque la palabra derivativa como crítica es de por sí derivativa). Éramos los primeros seres humanos que no verían nada por primera vez. Observamos las maravillas del mundo con desánimo, sin llegar a impresionarnos. La Mona Lisa, las Pirámides, el Empire State. Animales de selva al ataque, icebergs ancestrales colapsando, volcanes en erupción. No puedo recordar una sola cosa que haya visto de primera mano y que no haya relacionado con una película, con un programa de televisión o con un anuncio. [...]

"Es una era difícil en la que ser persona. Simplemente una persona real, auténtica, en vez de una colección de rasgos seleccionados a partir de una interminable galería de personajes. Y si todos interpretamos un papel, es imposible que exista nada semejante a un compañero del alma, porque lo que tenemos no son almas de verdad."

La verdad es que tardé en decidirme sobre si leer el libro del que no se paraba de hablar, para bien o para mal, más para mal que para bien, hace unos meses. Me decidí a hacerlo motivado por el estreno el próximo noviembre de la versión cinematográfica dirigida por David Fincher. ¿Qué  es Perdida?

a) Un novela negra novedosa, algo jamás leído antes, como asegura el reclamo.

b) Un pastiche con ínfulas, un best-seller venido a más increíblemente sobrevalorado.

c) Un thriller psicológico adictivo, bien montado, con más subidas que bajadas y que se resiste a quedarse solo en eso.

La respuesta es la c)

Los Dunne, matrimonio formado por Nick y Amy son la pareja perfecta, tienen todo  cuanto podrían soñar, al menos eso es lo que parece desde fuera, por dentro ambos tienen carencias afectivas, aunque de distinto orden, sienten que la vida no les ha deparado lo que merecen y no dedican sus días a lo que quizás hubieran soñado. Han aprendido a vivir así. Los dos platos de la balanza se encuentran nivelados hasta que el equilibrio se rompe. Una chica joven entre en escena y añade un vértice al vector para formar un triángulo no amoroso, más bien de pasiones. Los padres de ambos influyen desestabilizando el sosiego aparente, la seguridad de un fondo de dinero desaparece, el traslado a otra ciudad aviva el fuego y de pronto Amy desaparece. ¿Huida, secuestro...? Lo tendréis que averiguar por vosotros mismos.

¡A cada lector su lectura! Una vez más, el thriller, la trama retorcida y algo rocambolesca me han interesado menos que lo que subyace. La descripción de los perfiles psicológicos de Nick y Amy fue lo que me mantuvo en vilo durante la lectura, cómo la autora los iba despojando de capas hasta dejarlos desnudos, qué rasgos iban apareciendo y hasta qué punto volcarían la trama. Lo más fascinante del libro no es la descripción minuciosa de autoconocimiento o de conocimiento del otro, Flynn va un paso más allá y nos plantea qué ocurre si al desvelar al otro caemos en la cuenta de que lo conocemos tan bien como a nosotros mismos.

Y sé que esto no es una reseña al uso, decir que no me interesó tanto la historia de la desaparición y su desenlace, que es donde creo que el libro se torna algo tedioso por los intentos extenuantes de Flynn por atar cabos, algo que consigue a la perfección pero que aprendí de Donna Tartt que en ciertas novelas, o más bien, para ciertas lecturas no es necesario Quizás por esta razón no le vi inconveniente, como parece ser consenso común, al desenlace que propone la autora .Es más, no se me ocurre un final más adecuado.

La opinión pública juega un papel importante en el libro. Los medios de comunicación apuntan con el dedo a Nick sin pruebas, dibujan a Amy a su gusto todo por la audiencia, el fervor con la que se hace viene encarnada en la presentadora del show de éxito del momento.Leí este libro más como una historia de perfiles llevados al límite, Flynn maneja muy bien la tensión ascendente durante todo el relato, que como el mero thriller de intriga que se me hacía más un conducto para la exploración psicológica y sí, es adictivo, está bastante bien escrito y entretiene, mucho, tanto que, una vez leído y confrontando mis prejuicios iniciales y, a pesar de los fallos puntuales que pueda presentar, no me creo demasiado a quien diga que no lo ha pasado genial con esta lectura.


lunes, 7 de abril de 2014

Los lanzallamas, de Rachel Kushner

"Las personas que son más difíciles de amar presentan un desafío y el desafío las hace más fáciles de amar. La gente que quiere amor fácil en realidad no quiere amor"

"Nevada era un tono, una luz, una muerte que era parte de mí"

"Eran los hijos del poder, las hijas del poder los más inclinados a abusar de él"

"En ocasiones dejaba mis pensamientos caer entre ese espacio aéreo entre yo misma y cualquiera que fuera la idea que Stretch tuviera sobre mí"

"Tienes el lujo del tiempo" Eres joven. La gente joven siempre hace algo incluso cuando no hace nada. Una mujer joven es un conducto. Solo tiene que existir"

"Vosotros, artistas neoyorquinos tenéis que dejar de pensar y empezar a sentir. Siempre estáis intentado crear conceptos, sistemas. Es una mierda"

En esta novela de aprendizaje la protagonista ya no es adolescente y sin embargo aprende a cada paso. Rachel Kushner nos sitúa en escenarios que podemos imaginar por mil referencias cinéfilas y literarias  de una manera un tanto peculiar. Habla de conductos y el principal es la protagonista, una aspirante a artista con una afición por las motos y  la velocidad que parece adormecida a ojos del lector y que Kushner nos va desvelando a través de quien la rodea. En medio de la vorágine temática y argumental creí encontrar una clave, un detalle que la autora deja caer por el camino: la metonimia. En este concepto sentí que podía tramontar las muchas capas que se yuxtaponen y ver a Reno, la chica a la que hasta le imponen el nombre, como un planeta inerme iluminado  por satélites que proyectan su luz propia  e intermitente para desvelar, a través de sus partes un todo. Reno es a través de los demás y no por sí misma, al menos al principio, al comienzo del camino de su aprendizaje.
La novela empieza con un asesinato, termina con un intento de huida, física y metafísica, para culminar con una desaparición, lo que ocurre en medio, los pasos dados son meros hechos, reflexiones, orgullo tragado y no digerido, querer y no poder y dejar de querer por no poder. Reno ve cómo hacen pero no puede o no sabe hacer, siente pulsiones que no sabe exteriorizar, hay mucho de alienación, mucho de voluntad acallada, cierto miedo a tomar las riendas y a brillar con luz propia.

Si da la impresión de que la novela es lenta por cómo se va describiendo el perfil del personaje principal, nada más lejos de la realidad, Reno es solo una cara de la moneda, la otra, es un conjunto de tramas frenéticas que describen episodios de la Primera Guerra Mundial, de ahí, de un símil acertadísimo toma Kushner el título de la novela, del fac ut ardea, hecho para arder. La sociedad neoyorquina de los años 70, los bajos fondos de la Gran Manzana, las plantaciones de goma en Brasil, el fascismo en Italia, las Brigadas Rojas y otras subtramas terminan de dar cuerpo al conjunto. Kushner no se limita solo a relatar hechos, también los inventa, llegados a un punto no sabremos si algunas anécdotas sobre personajes reales son verídicas o no, tampoco sabremos si alguno de los personajes existió realmente. El producto final es una magnífica novela repleta de citas memorables, de hechos que se amontonan y saltan en el espacio y en el tiempo, un tipo de relato indómito en el que la velocidad de motores y de pulsiones y el cambio frenético  parecen dejar impasible a la protagonista,  al menos a ojos de quien solo la ve por fuera.